Domingo de Ramos

De la Semana Santa.
Por: Roxana Vázquez Rueda.

“También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! Y entró Jesús en Jerusalén.” Mateo 21, 1-11

Hoy celebramos el Domingo de Ramos, y me parece que es un día ideal para que la Fe se coloque, nuevamente, en su lugar de honor...

Imagino que estoy detrás de una multitud que forma una valla esperando su llegada. Brinco y trato de colarme entre la gente. -Dios, ¿cómo llegar hasta al frente? ¡Somos millones aquí!- Busco un árbol, una barda, algo para subirme y tener mejor visión del escenario. Continúo caminando. Cambio la rama de palma a mi otra mano secando el sudor sobre mi ropa blanca.

Me pregunto si será mejor caminar hacia la entrada donde parece que hay menos gente. -Bueno, al menos no me quedaré aquí, parada, sin hacer nada-. Mientras avanzo recuerdo el pasaje bíblico: “Dichosos los que creen sin haber visto”. Sonrío. -Si hoy no lo veo algo me dice que ya me envió un mensaje-. La emoción que me embarga, las lágrimas en mis ojos y la enorme sonrisa en mi rostro me dicen que ¡la Fe si alcanzó a verle desde su Palco de Honor que yace en mi Corazón!

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