Acepta la Paz


Por: Roxana Vázquez Rueda.

Esta mañana un poco antes de que el sol alojara sus primeros rayos en mi habitación, meditaba: liberando a mi mente de pensamientos, aumentando la percepción de mis sentidos con el propósito de iniciar mis actividades con el cuerpo liviano y la mente clara.
Disolviéndose en el silencio, llegó la respuesta: «Aceptar quién eres es el primer paso hacia la Paz»
Evitando a toda costa cuestionar el origen de ese razonamiento, mantuve la calma y reflexioné cuánto bien me hacía aceptar esto...
Ayer tuve un conflicto personal: me molestó la conducta de algunas personas y su falta de entendimiento ante lo que era correcto. Intenté no juzgarlas; no sólo porque lo decía mi madre, sino porque no me hacía feliz hacerlo. Entonces, ¿por qué no las aceptaba y ya?
Fue hoy cuando comprendí que la aceptación de uno mismo es el principio básico para vivir en armonía con los demás y en Paz. Aceptar lo que veas, tengas o seas. Aceptar que eres flaco, gordo, morena o rubia; que vives en una casa pequeña o que tienes que barrer a diario tu jardín. Aceptar que a veces tienes miedo de perder o que no siempre tienes la razón. Aceptar que naciste aquí, en este país, y que tus acciones transforman tu entorno, tu cultura y tu sociedad.
Creía que la aceptación era sinónimo de pasividad y me esforzaba tratando de cambiar lo que no me gustaba o no me servía. Al encauzar mi energía en ello lo único que hacía era agotar mi ánimo y detenerme. Cada intento frustrado de no aceptarme me hizo salir e intentar “cambiar a los otros”.
Me tope con las mismas personas de mí conflicto, pero hoy conviviendo en clara armonía No actuaron diferente ni me dieron la razón, sólo que, esta vez yo, había puesto en marcha el movimiento de La Aceptación: ese motor que genera y transforma.
Celebro este día con un pensamiento que imaginé o escuché en medio del silencio; casi como un suspiro que decía: «Aceptar quién eres es el primer paso hacia la Paz».

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