No discutir "La panacea del placer"

Después de muchos años de no verse, dos amigos se encuentran en la calle.
-Serafín, ¡cuánto tiempo! ¿Cómo vas?
-Eres tú, Lorenzo? Si no me hablas, nunca te hubiera reconocido... ¿Qué te has hecho? ¿Alguna operación? ¿Un tratamiento facial? Se te ve más joven.
-No. Ninguna cirugía. Lo que sucede es que, hace meses, tomé una decisión que me ha cambiado la vida y, desde entonces, vivo tan bien que eso me ha traído salud y bienestar.
-Vaya, Lorenzo, me sorprendes... ¿Y cuál es la decisión mágica?
-Es muy simple -dice el otro sin vueltas- No discuto nunca con nadie por ninguna razón.
Serafín sonríe y espera. No cree que la explicación vaya a terminar allí. Finalmente, se decide y habla:
-Nunca discutes...
-Con nadie y por ninguna razón -completa Lorenzo.
-Pero no puede deberse a ello -Dice Serafín.
Y Lorenzo, haciendo gala de postura, contesta:
-Tienes razón, no puede deberse a ello.

Texto: Jorge Bucay
(Editor de la Revista Mente Sana)

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