Construyendo La Paz por Roxana Vázquez Rueda.

    Esta mañana, poco antes de que el sol alojara sus primeros rayos en mi 

    habitación, meditaba, liberando mi mente de pensamientos, aumentando 
    la percepción de mis sentidos, con el propósito de iniciar mis actividades 
    con el cuerpo liviano y la mente clara. Disolviéndose desde el silencio 
    escuché: «Aceptar quién eres es el primer paso hacia la Paz». Evité 
    cuestionar el origen de tal razonamiento, mantuve la calma y reflexioné 
    cuánto bien me hacía aceptar esto.

    Ayer había tenido un conflicto personal; me molestó la conducta de algunas 

    personas y su inconciencia ante lo correcto. Intenté no discutir -y no sólo 
    porque lo decía mi madre sino porque no me sienta bien- pero ¡no podía 
    dejarlo pasar! y me esforcé tanto que lo entendieran que al encauzar mi 
    energía en ello lo único que hice fue agotar mi ánimo.

    «La aceptación de uno mismo es el principio básico para vivir en armonía 

    con los demás». Creo que lo empezaba a comprender: Trabajar desde la 
    razón no es tener la razón. Es ir construyendo la vida de todo aquello que 
    nos gusta. De lo que nos hace ser mejores desde nuestra propia percepción. 
    Es trabajar duro, sí, con la visión de alcanzar el ideal de nosotros mismos. 
    Aceptar que hay un abismo entre defender conceptos a imponerlos. Que 
    no son los pensamientos sino las acciones las que transformarán mi entorno: 
    cultura y sociedad.

    Me topé con las mismas personas de mí conflicto pero hoy conviviendo en 

    clara armonía. No actuaron diferente ni me dieron la razón, sólo que, esta 
    vez, yo había puesto en marcha el movimiento de La Aceptación. ¡Ese motor 
    que genera y transforma!

    Celebro este día con una frase que emergió desde el silencio, desvaneciendo 

    mi tormenta: «Aceptar quién eres es el primer paso hacia la Paz». 

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