Por Roxana Vázquez R.

La radiación solar es el factor principal de los cambios climáticos en la Tierra a lo largo del año. Dependiendo de región -su latitud y altura sobre el nivel del mar- es como notamos     pequeños o grandes cambios en la flora, fauna, lluvia y nieve. Esta variación está bien   definida en cuatro periodos de transición o Estaciones del Año.

Si la naturaleza tiene características claras entre paisajes, melodías y temperatura, entonces ¿Por qué los seres humanos nos negamos a fluir en nuestro entorno? ¿No te parece que ya es tiempo de tomarnos unos minutos para aligerar el alma de ruidos, voces y pensamientos infundados? 

El inicio de la Primavera nos podría dar la pauta, si así lo deseamos, para construir nuestro propio ritmo estacional. Sí. Esa estabilidad y ese equilibrio que tanto buscamos los hombres y las mujeres (aun cuando no lo sabemos).

¿Qué pasa en la Primavera? La luminosidad diurna es mayor, la temperatura se vuelve cálida, la vegetación florece, aparecen las crías de los animales; por lo que el paisaje se llena de vida, de luz y color. En conclusión: es, por excelencia, el periodo de la transición. ¿Alcanzas a percibir tus infinitas posibilidades si te adentras al mundo del cual formas parte?

Shakespeare dijo: “Estamos hechos de la misma materia de los sueños” Ciertamente, estamos compuestos de energía y materia. Mente, Cuerpo y Alma deseando vivir en armonía.

Permite que el sol acaricie tu piel, que llegue a tu corazón el canto de las aves, disfruta de la belleza del paisaje: Observa, escucha, camina, aspira, toca… siente. Quien entienda esto podrá regresar la salud a su cuerpo y mente de manera inmediata. Fluir, fluir en Primavera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La comunicación es retroalimentarse. Me gustaría conocer tus comentarios. Roxana