El Poder del Agradecimiento















Por Roxana Vázquez Rueda

El poder es el valor que le damos a quien está para nosotros en el momento que lo necesitamos…

Hoy, escribiré acerca de algo superlativo. De algo que está por encima de mi habitual razonamiento y que no alcanzo a entender con mi mente, aunque intuyo que mi alma sabe.

El sentimiento que me produce ver a mi labrador de 14 años, postrado, con su patita hinchada, provocó en mí más que una sencilla reflexión. Esto, se asemeja a un tornado que arranca de raíz viejos preceptos, azotándolos dentro de mi pecho.

¿Qué puedo hacer? ¿Esperar otro diagnóstico? ¿Sólo esperar, cuando hay algo que me mueve a creer que también debo hacer algo?

Es mi naturaleza.

“No hay nada escrito” versa un sabio dicho popular. Entiendo que las creencias podrían igualar en cantidad a los seres que existen en el Mundo: Todos tan individuales como universales. Así, que antes de iniciar cualquier cruzada, tendré que descifrar en QUÉ CREO. Qué es lo que motiva a mis fibras a removerse y a descubrir lo que en esencia soy: Mi natural forma del Ser.

CREO que hay un poder en los seres que cohabitamos este planeta. CREO que todos estamos para dar y para recibir: plantas, animales, humanos; todos formados de la misma esencia de vida.

Para descifrar las señales primero se traza el camino.

Sabiendo que la Sábila es la planta con grandes cualidades curativas me acerqué a ella y, saltándome un poco el protocolo, corté su rama agradeciéndole el sacrificio en pos de la salud de mi mascota. Ya no se trataba de pedir, sino de dar por hecho lo que estaba por suceder en los próximos días. Se trataba de dar y recibir una porción de Fe y de Confianza: La dosis perfecta que nos sanó a “Blue” y a mí…

El agradecimiento nos pone en contacto con los seres vivos. Lo palpamos en los días recientes: Todo el mundo conectado en apoyo y camaradería ante la pérdida y el dolor de un México fraternal y solidario. Una fase de la comunicación a un nivel que no alcanzamos a entender, pero existe.

Hoy nos toca sacudirnos el polvo y cimentar el espíritu. Continuar UNIDOS a través del propio entendimiento de nuestra individualidad y del respeto al pensamiento ajeno. AGRADECER a los que estuvieron y están para nosotros: rescatando, curando, abrigando y alimentando nuestra fe en la humanidad. Y NUNCA OLVIDAR que todos somos médicos por naturaleza. Seres formados de Sol, de Luna, de Estrellas, de Agua, de Tierra… y, sobretodo, de Amor.

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